Gracias.
El tiempo ha volado como el viento de poniente entre los pinares
de Doñana.
Aún éramos
novios. La marisma por testigo. Tú trajiste el Guión
y yo el Simpecado. Tu con una yegua castaña y yo con
una jaca picaza llamada Cartujana con la que tomé mi
alternativa de garrochista en la Dehesa de Fuenterey.
La Virgen es la misma, pero
el Rocío distinto. Nosotros mas 51 Primera cuando éramos
un sobretabla del Botaina.
Hoy peregrinas en una carreta
a la que como todas las romeras le has echado muchas horas.
Muchas noches de vela haciendo flores de papel. Muchas tardes
sin novela cosiendo las cortinas.
Te escoltan tus tres hijos
mayores hoy que éramos nosotros entonces. Ese es el
Rocío de la vida.
Nacemos en Cazorla oliendo
a lentisco y encina para morir en Doñana con esteros
y sal.
Faltan pocos días
para salir de Romería. Tengo preparadas para los mulos
del carro que vas llevar, las esquilas que llevaron los primeros
mulos que transportaron a aquel el Simpecado.
Gracias por todo. Campiña,
Doñana y Marisma. Aldea y ermita. El corazón
se me sale de ilusión por llevarle a Ella mis dos familias:
la de mi sangre y la de mi corazón, mis viejos y nuevos
amigos. Que resuenen poderosos los fandangos del Umbreteño
Pepe Rivera y los coloridos “vestíos” de
Pilar.
Llorare por los que se quedaron
y hoy no están. Sepias fotografías pasaran por
mis nublados ojos. Alzaré la vista desde el cerro de
los ánsares que está cerca del cielo para verlos.
Pero no vale la melancolía.
Nosotros pasaremos. Nuestros y vuestros hijos quedarán.
Solo permanecerá nuestro ejemplo, nuestro amor a Ella,
nuestra alegría.
Viva Esa Blanca Paloma
Viva el Pastorcito Divino
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