Yo, Rafael Bernal y García de Villegas, nací
en Jerez de la Frontera el día 22 de Mayo de 1914,
en la casa nº 42 de la Plaza Domecq.
Comencé a ir al colegio de las Carmelitas, donde
estuve hasta los cinco años, para continuar con mis
estudios en el colegio de los Marianistas, hasta que mi
padre Enrique Bernal y Tovar, decidió que tenía
que empezar a trabajar. Fue en la oficina de la bodega de
su amigo Enrique O’neale, donde inicié mi aprendizaje
durante un año de meritorio,(trabajando sin cobrar),
al cabo del cual formé parte de la nómina.
Hice el servicio militar en Cádiz, donde conocí
a la que sería tiempo después mi querida esposa
Mª Dolores Bucet Caballero afincada en la capital,
pero oriunda de Cabra (Córdoba) de cuyo matrimonio
nacería con el tiempo mi querida hija Pilar.
La guerra civil me lleva como soldado desde el acuartelamiento
de Cádiz a Zaragoza y una vez terminada la contienda,
vuelvo a mi trabajo en la citada bodega de O’neale.
Mi buen amigo Francisco Lobatón, me propone la
adminis- tración del Coto de Doñana que él
ostentaba, y que por sus muchas ocupaciones no podía
atender debidamente. Era el año 1942 cuando entro
en contacto con la familia
González Gordon , a la que desde entonces le profeso
un cariño entrañable, y accedo al cargo de
administrador del Coto de Doñana, (de la parte concerniente
a la referida familia). Cargo que he “ocupado”hasta
gran avanzada edad.
Por mi trato con la casa González Byass, especialmente
con D. Manuel y por mis ocupaciones en el coto, hacen que
germinara en mí el amor por la Reina de las Marismas.
Llegué a conocer Doñana a la perfección
debido a las ocupaciones que conllevaba el cargo que ostentaba,
pues atravesaba todos los meses y en alguna ocasión
mas de una vez, ese maravilloso paraje a lomos de caballería,
acompañado por algún guarda, casi siempre
un joven de mi misma edad (éramos de la misma quinta)
mi buen amigo y mejor persona Antonio Chico Vázquez,
con algunas mulas para la carga de los enseres que necesitara.
Por ese tiempo no existía carretera asfaltada desde
Almonte a la costa como existe hoy, todo eran arenales,
y el trayecto desde Jerez al Palacio de Doñana, era
excesivamente largo y penoso por carretera, por lo tanto,
mi recorrido era de Jerez a Sanlúcar en coche, y
una vez en Bajo Guía, un barquero muy amigo mío,
“El Caroca”, me cruzaba a vela o a remo, que
era de la única forma que podía ser en las
pequeñas embarcaciones de aquellos tiempos.
En aquellos años, nuestro querido Simpecado, el
primitivo, con los demás atributos de la Hermandad,
se guardaban en la bodega La Constancia de González
Byass, en un cuarto bajo la custodia de un sanluqueño
rociero cien por cien, como era el recordado Pepe Gálvez.
Previo a la romería, sacaba bajo los parrales que
estaban en el citado lugar, Simpecado, Banderas e insignias,
para que se airearan y se les quitara el fuerte olor a alcanfor,
en el que estaban todo el año guardado, para protegerlos
de polilla y ratones.
Salía de Jerez en una pequeña camioneta
de la bodega González Byass, (carrocería y
batea descubierta) en la que cargaban una especie de maleta
grande con el Simpecado desmontado, y en otras cajas iban
las varas y demás, metidas a su vez en fundas de
lona.
Años después,es época difícil
y le llega el declive a nuestra querida hermandad, encontrándose
un tanto mortecina, como quien dice prácticamente
extinguida, era el año 1945 y solo siete hermanos
representamos a la hermandad de Jerez ante La Blanca Paloma,
fuimos: Pedro Molina Surga, José Mateos Hidalgo,
Fernando González Gordon, Manuel Barcel Nieves, Gabriel
González Gordon, Rafael Maté y yo..
En los años 46 y 47 toca fondo nuestra querida
herman- dad. En el 46 encontrándome prácticamente
solo, decido atravesar el coto, como tantas veces lo hice,
a lomos de caballería, con la sola compañía
del guarda Juan Robles (padre) que era el encargado de los
mulos y con algunos de ellos llevamos el simpecado desmontado
en una caja de madera, y los demás enseres en fundas
de lona, hasta el Rocío.
Una vez allí llevé el Simpecado y los demás
enseres a la casa de D. Salvador Noguera, donde monté
el Simpecado en una habitación en la entrada, y desde
allí partió la comitiva representativa de
la Hermandad de Jerez.
Previamente me había puesto de acuerdo con varios
amigos y conocidos de Almonte y Sanlúcar,(a los que
siempre tendré en el recuerdo) para que una vez hecha
la presentación de esta ultima, y devueltas las insignias
de la misma, se dirigieran a casa de D. Salvador Noguera
donde los esperaría yó para hacer la entrada
de Jerez.
La comitiva a caballo iba encabezada portando el Simpecado,
Encarna, una hija de Cayetano Bustillo. Después con
las banderas y varas figuraban Manuel Escolá Peláez,
Ángel Díaz de la Serna Carrión (ambos
Almonteños) Cayetano Bustillo Delgado, Pepe Jurado,
(le decían Pepe Pellejo, sin que él se molestara)
Enrique Fernández, Pepe Espinar, Curro Marcha,”El
Cubano”, “Los Mellizos” y algunos más,
como único jerezano estaba yo, precedido todo ello
por un
pitero de Sanlucar.
Al año siguiente, el 47, y después de cruzar
el Coto con la sola compañía de Juan Robles,
como la primera vez, fue todo igual,con la excepción
que los acompañantes en la presentación en
la que porté el Simpecado, fueron una serie de amigos
como Ramón Segovia, Gabriel y Fernando González
Perico Molina Surga, Pepe Mateos, Manolo Barcell, Rafael
Maté (este ultimo de Huelva) y varios amigos más.
Gracias a todos los que acompañaron a nuestro Simpecado
durante estos dos años, sobre todo a amigos sanluqueños,
Jerez sigue conservando el puesto 16, y gracias a la Santísima
Virgen, termina la penuria de nuestra hermandad jerezana
y aparece la figura de un gran rociero y grandísimo
amigo mío: Manuel Valderas Sevilla.
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NOTA:
El día 19 de Septiembre de 1992 bajo el mandato de
D. Juan Manuel Bocarando como hermano mayor, y precedido
por nuestro queridoObispo D. Rafael Bellido, se inaugura
nuestra casa de hermandad de Chancillería,dentro
de cuyo acto se le impuso la medalla de plata como HERMANO
EJEMPLAR,así como la entrega de una placa recordatoria
de dicha distinción.-
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! VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO !